Escucha, viajero intrépido, pues en los confines de Tarkir se teje una fábula llena de magia y misterio. Esta tierra de antiguos clanes y dragones extintos susurra la leyenda de un Caminante de planos llamado Sarkhan Vol, cuyo destino estaba entrelazado con el resurgimiento de las criaturas aladas.
En las sombras del pasado, los dragones eran venerados como deidades, pero su grandeza fue olvidada, sepultada en el abismo del tiempo. Sin embargo, el corazón ardiente de Sarkhan anhelaba devolverles su esplendor ancestral. Sus pasos le condujeron a descubrir un tesoro ancestral: el Ojo de Ugin, un artefacto místico imbuido de la esencia de los dragones.
Sarkhan, poseído por un fervor indomable, convocó a los clanes y a los Khanes, gobernantes supremos de cada facción, para emprender un viaje lleno de maravillas y desafíos. Aunque los clanes rivalizaban, compartían un deseo común: el anhelo de venerar a los dragones y restaurar su esencia en Tarkir.
Juntos, atravesaron tierras salvajes y enfrentaron pruebas ancestrales. Mientras avanzaban, las murallas que separaban a los clanes comenzaron a desmoronarse, pues la llama de la camaradería y la esperanza se encendía en los corazones de los guerreros.
Los dragones, sintiendo la llamada de los Khanes y el poder del Ojo de Ugin, emergieron de las brumas del olvido. Su majestuosidad inspiraba temor y asombro, pero también despertaba una conexión ancestral en los corazones de los clanes. Así, las alas de los dragones volvieron a desplegarse en los cielos de Tarkir.
Sin embargo, en las profundidades sombrías acechaba un mal sin igual: el temible Dragón del Clan Temur, cuya ira hacia los clanes y la humanidad era insaciable. Su sed de venganza amenazaba con sumir a Tarkir en un abismo de caos y oscuridad.
El destino los condujo a la batalla final, donde los clanes y los dragones se unieron en una danza cósmica de fuego y espada. En el fragor de la lucha, Sarkhan, imbuido con el poder ancestral de los dragones, encabezó el asalto contra el Dragón del Clan Temur. Su espíritu ardiente se fundió con la pasión y la determinación, guiando a los guerreros en una danza marcial deslumbrante.
Al final, el Dragón del Clan Temur fue derrotado, pero su sombra dejó su huella en Tarkir. Aunque los dragones volvieron a las alturas y los clanes se consolidaron como fuerzas dominantes, las cicatrices de la guerra y la pérdida resonaron en los corazones de todos.
Sin embargo, en ese nuevo equilibrio, Sarkhan Vol emergió como un símbolo de esperanza y renovación. Su valentía y sacrificio le otorgaron el respeto y la admiración de los clanes, y su visión de un Tarkir donde dragones y mortales pudieran coexistir fue acogida con gratitud.
Así, Tarkir, envuelto en la bruma de la incertidumbre, encontró un nuevo amanecer. La leyenda de Sarkhan y el renacimiento de los dragones fue entrelazada en los hilos del tiempo. Susurrada por los espíritus y guardada en las páginas de los antiguos tomos de sabiduría. Nos recuerda que incluso en los mundos más convulsionados, los sueños pueden cobrar vida y las glorias olvidadas pueden resurgir de las cenizas.
Inspirada en la expansión de Magic: the Gathering Khans of Tarkir